Dias grises!

¿Nunca tuviste uno de esos días en los que no sabes que te pasa, te falta algo, quizás alguien, no lo sabes, pero estás de bajón
Pues hoy es ese día para mí, sólo que en mi caso es el motivo…

Pasa que llega un día en que una persona cambia tu vida por completo,
ves que se llena de felicidad, que ya nada es como antes y es que, esa persona,
es lo mejor que te ha podido pasar.

Siempre me acordaré de este fin de semana. Yo no elegí el día, ni el mes, ni tampoco la elegí a ella, no he elegido tampoco los cabreos, los abrazos, ni desear besarla cada segundo de mi vida. No he elegido necesitar sus abrazos, ni echar de menos sus locuras. No he elegido sentirme el hombre más afortunado del universo simplemente porque ella exista, ni tampoco ser la envidia de muchos chicos que sueñan con encontrar a alguien como ella para vivir algo como esto, pero estoy seguro de que si pudiera elegir le elegiría a ella.

Yo a menudo me pregunto por qué la quiero tanto y ahora que lo pienso… La quiero por cómo me ha hecho sentir estando con ella, porque solo ella me dice te quiero al oído dulcemente. Porque a su lado me ha hecho pasar en unos días los mejores momentos de mi vida, con ella siento que lo tengo todo y porque sin ella no podría vivir. La quiero por haberme hecho sentir cosas que no sabía que existían.
Porque sencillamente, no me imagino a nadie más a mi lado comiéndome a besos. La quiero porque desde que la conocí, soy la persona más afortunada del mundo, porque intenta por todos los medios hacerme feliz aun estando muy mal y sé que si pudiera, me daría su vida. Gracias a ella he descubierto lo que es el amor, y sé que existe, porque solo ella me has enseñado a vivirlo.

La quiero porque, simplemente, mi corazón ha elegido quererla a ella.
Aunque pensándolo bien, quererla se queda demasiado corto, la amo, la amo como nunca había amado a nadie.
Yo no quiero otros besos, otros sueños. Ni otras manos que acaricien mi pelo, ni otros abrazos, ni otro número de teléfono que me llame por las noches. No me gustaría una fecha distinta, con un primer ‘te quiero’ distinto dicho por una voz diferente a la suya. No quiero oír otros cumplidos, suspiros o respiraciones cerca del oído ni vivir una historia diferente a la que acabo de tener con ella.

Adoro su sonrisa, sus abrazos, sus locuras… Me encanta que verla reír, bailar, me gusta que me mire y sonría sin ninguna explicación. Me encanta estar ella porque se me olvida todo. Supongo que en realidad no adoro todo esto, solo lo adoro porque lo hace ella.
No, no tengo una vida perfecta, no la necesito, porque si algo es perfecto, es mi felicitad desde que la conozco y no quiero otra que no sea esa.
Le doy un millón de gracias por dejarme formar parte de su vida y ojalá podamos seguir escribiendo muchas historias.

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